06

Benigànim
Los pilares del régimen

DICTADURAFRANQUISTA

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Benigànim
Los pilares del régimen

DICTADURAFRANQUISTA

La propaganda oficial presentaba el franquismo como el régimen resultante de un “Alzamiento Nacional” que había acabado con la República laica y revolucionaria. Su legitimidad procedía de “la Victoria” de 1939, que había restituido el poder y la influencia social de la Iglesia, y que garantizaba un orden y una “unidad nacional” sin conflictos, compatible con la economía capitalista y la conservación de las tradiciones.

Además del ejército y de las fuerzas de seguridad, el franquismo dispuso de una crecida base social. En los años cuarenta, el sector fascista de Falange Española Tradicionalista dirigió el “Movimiento Nacional”: la amalgama de instituciones franquistas. En Benigànim, como en otros lugares, la testimonial Falange de preguerra acrecentó su afiliación con exmilitantes de la Derecha Regional Valenciana (96,15%), gente de clase media, empresarios y algunos asalariados. El proyecto de FET era fascista y totalitario. Por ello favoreció al fascismo europeo. Incluía un discurso de políticas sociales por medio del encuadramiento de la sociedad entera: infancia y juventud (Frente de Juventudes); mujeres (Sección Femenina); asistencia social (Auxilio Social); patronal y trabajadores, en la Organización Sindical Española, llamada en pueblos agrícolas “la Hermandad”, así como ocio y cultura (Delegación de Educación y Descanso). La FET de Benigànim presentaba poca actividad en 1941, pero Moscardó la revitalizó.

Otro pilar del franquismo fue la Iglesia: religiosos y seglares. Su discurso legitimó la dictadura, como salvadora de la fe contra el laicismo y “las hordas marxistas”; especialmente desde 1945, cuando el fascismo fue derrotado en la II Guerra Mundial. Nunca dispuso de tantos privilegios ni fondos públicos la Iglesia española, además de controlar la educación y erigirse en vigilante del cumplimiento de la moral católica a escala estatal y local.

Estos pilares sociales del régimen fueron interclasistas, debido al peso del factor religioso, y se ampliaron con la incorporación de liberales atemorizados por la revolución de los años de la guerra. Apenas consiguió incidir entre la clase trabajadora.