01

La Europa
de los años 30

SEGUNDAREPÚBLICA

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La Europa
de los años 30

SEGUNDAREPÚBLICA

La I Guerra Mundial (1914-1918) transformó el mundo. En Rusia, la revolución comunista de 1917 generó un espejo para sectores de la clase obrera, la imagen contrarrevolucionaria del “enemigo comunista” aplicado a cualquier reformista, y dividió al socialismo entre el comunismo y la socialdemocracia. Los tratados de paz impulsados por los Estados Unidos alteraron el mapa de Europa. Desaparecieron los grandes imperios, el Ruso y el Austro-Húngaro, y nacieron 28 nuevos estados democráticos, aunque con bases frágiles, como Yugoslavia, Austria, etc.

Se asentaba entonces la sociedad de masas por medio de la participación política de sectores tradicionales marginados (opinión pública, prensa…) y una cultura cosmopolita generada por la radio, la música, el cine o los deportes masivos: fútbol, olimpiadas.

Dichas transformaciones, sin embargo, causaron importantes alteraciones culturales. Las matanzas de la guerra habían socavado los ideales liberales de tolerancia y progreso. Se instauró una “cultura de la violencia” que justificaba su uso como herramienta política, una “cultura del miedo” frente al comunismo o al emigrante (y una represiva Ley Seca en Estados Unidos) y, en fin, una “cultura del pesimismo”, ligada a un sentimiento general de decadencia. En 1922 Benito Mussolini asaltó el poder en Italia. El fascismo proponía una sugestiva respuesta a la crisis de la democracia y la “amenaza” del socialismo. Ofrecía cohesión a una comunidad nacional movilizada y unía a toda la sociedad a través del populismo, el ultranacionalismo, la propaganda, el partido único y el líder carismático. La mujer, sin embargo, quedaba relegada a su rol tradicional. Para los opositores de este proyecto, el fascismo solo ofrecía violencia y exclusión.

La Gran Depresión económica de 1930 deshizo a la clase media y empobreció a los trabajadores. La democracia entró en una espiral de desprestigio, pues no conseguía frenar la crisis. La recesión y el temor a una revolución obrera engendraron un partidismo antidemocrático cohesionado en torno del fascismo, que se hizo con el poder en Alemania (1933). Por otra parte, la Unión Soviética, presentada ante el mundo como el “Paraíso de los Trabajadores”, ilusionaba a sectores obreros con un proyecto utópico y progresista, pero igualmente totalitario.