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Valencia era la capital de la 3ª División Militar, que englobaba las guarniciones valencianas y las de Murcia y Albacete. Su sublevación era clave, ya que las tropas debían desplazarse a Madrid para apoyar la insurrección. Sin embargo, no triunfó por una serie de factores: la deficiente planificación del golpe de estado; la indecisión de su capitán general Martínez Monje, de una parte de la oficialidad y de las fuerzas de seguridad, y la creación del Comité Ejecutivo Popular por todas las fuerzas del Frente Popular, desde donde se dirigió la ocupación de las calles del País Valenciano. El asalto a los cuarteles de la Alameda (1-2 de agosto) terminó por hacer fracasar la intentona golpista.
El poder ejecutivo se disgregó en comités locales y se inició la revolución obrera, dirigida por la UGT y la CNT, con colectivizaciones y controles obreros sobre los sectores económicos: agrícolas, fabriles y de servicios. Se crearon milicias para combatir principalmente en el frente de Teruel. El gobierno republicano se trasladó a Valencia el 6 de noviembre de 1936. Hasta el 31 de octubre de 1937 Valencia fue capital de la República, del movimiento antifascista mundial y de la cultura: II Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura. En estos meses, de atomización del poder, se produjeron la mayoría de los asesinatos: entre 4.715 y 4.880 víctimas mortales.
Desde 1937 el País Valenciano era una zona de retaguardia vital para la República, gracias al comercio de exportación, a su industria de guerra, a sus puertos y al acogimiento de refugiados. Ello explica que sufriera particularmente el azote de los bombardeos, en especial durante 1938, año en el que la guerra llegaría de pleno, con la batalla de Valencia (marzo-julio) y la ofensiva franquista para conquistar la gran ciudad. El ataque se detuvo en las fortificaciones de la Línea XYZ, aunque la República perdió gran parte de la provincia de Castellón. Al final de la guerra, recobró el protagonismo el solar valenciano, ya que los puertos de Alicante y Gandía serían los últimos reductos de la República, a finales del mes de marzo de 1939.