03

El País Valenciano
republicanos y católicos

SEGUNDAREPÚBLICA

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El País Valenciano
republicanos y católicos

SEGUNDAREPÚBLICA

La sociedad valenciana basculaba entre dos ciudades muy dinámicas, València y Alicante, con una red de ciudades medias con directo influjo económico, administrativo y político sobre su entorno rural: Elche, Alcoy, Gandía, Castellón, etc. La agricultura era el principal sector productivo y se orientaba fundamentalmente a la exportación de cítricos, hortalizas, arroz, vino, etc., especialmente en las comarcas litorales de regadío. Asimismo, existían focos industriales, Alcoy y Sagunto entre otros, de manufacturas familiares, y había gran actividad comercial en los puertos. Sociológicamente, predominaban los pequeños propietarios (51% de la superficie cultivada), sobre todo en el regadío. Por otra parte, el arrendamiento estaba muy extendido. Los braceros o quienes dependían de cualquier trabajo asalariado padecían duras condiciones de trabajo y vida. También progresaba el latifundio, sobre todo en València (21,84%).

Políticamente hablando, Valencia era un bastión del republicanismo; Alicante, de tono más izquierdista, con significativa presencia de la UGT en el campo y del anarquismo de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en fábricas y urbes como Alcoy, y con una vigorosa vida cultural. Las derechas anti-republicanas se reorganizaron en un partido moderno de masas, la Derecha Regional Valenciana: confluencia de carlistas y social-católicos para defender la propiedad, el catolicismo, el regionalismo y un vago reformismo social.

Durante el primer bienio republicano, se frustró la consecución del Estatuto de Autonomía. Se vivieron insurrecciones libertarias puntuales y el crecimiento ugetista favoreció el gran seguimiento de la huelga general campesina de junio de 1934.

Las elecciones de febrero de 1936 transformaron el panorama político. El Frente Popular venció en las tres provincias, aunque con un margen relativamente estrecho en València: 44,1%, sobre el 41,4% de la DRV. El histórico republicanismo valenciano se hundió ante el ascenso de la Izquierda Republicana de Manuel Azaña, que recogió a la clase media progresista. Desde febrero, se asistió a una conflictividad heterogénea, similar al resto de España: anticlericalismo, cuestiones laborales, etc.