03
03
03
En Albaida y Ontinyent, cabezas de partido judicial y localidades derechistas, la Guardia Civil, la Falange y los carlistas estaban preparadas para la insurrección. Sin embargo, la determinación anarquista en Ontinyent y la socialista en Albaida, donde se vivieron momentos de gran tensión, abortaron la sublevación. De forma inmediata en todos los pueblos tomaron el poder los comités, que adoptaron un carácter revolucionario en las poblaciones mayores, con predominio de la UGT. En Ontinyent, la CNT-FAI se impuso al comité y desarrolló una concienzuda revolución obrera, al nivel de Barcelona. En este contexto de predominio sindical, se produjo la colectivización y el Control Obrero de la industria, de la manufactura (Ontinyent, Bocairent, L’Olleria) y del comercio; junto con las incautaciones de tierras y de viviendas, y la formación de una columna miliciana. La fragmentación de poderes, la conflictividad social precedente y el carácter minoritario de la izquierda obrera explican que la violencia política fuera más importante en Ontinyent y en Bocairent, aunque el anticlericalismo recorrió toda la comarca. En total, 117 hombres y mujeres fueron asesinados por motivaciones políticas.
Como en el resto de la zona republicana, durante los primeros meses de 1937 el Estado fue recuperando parcelas de poder y reemplazando a los comités por consejos municipales, no exentos de tensiones, como en Ontinyent. Lógicamente, retrocedieron las conquistas revolucionarias. En 1938 reaparecieron los problemas en la retaguardia, como el irregular abastecimiento, el asentamiento de refugiados y de colonias infantiles (de Bellús, de Ciegos en Ontinyent…) y la instalación de industrias de guerra (en Ontinyent); lo que conllevó la construcción de refugios y el miedo a los bombardeos. Desde la primavera de dicho año la comarca se había militarizado, con la instalación del CRIM nº. 11 en Albaida, el despliegue de acantonamientos por los pueblos y la construcción de dos aeródromos. Y, como ejemplo de la solidaridad internacional, se instaló un Hospital Militar Internacional en Ontinyent. Por lo demás, el pasado derechista de la comarca y el CRIM propiciaron un destacable desarrollo de la quinta columna anti-republicana.